Falmazan
Leipzig: Las dos caras de la moneda
Por: Felipe Almazán
Binomios se viven en el Estado Libre de Sajonia, al este de la República Federal Alemana, pues en esta se ubica Leipzig. Un lugar de matices y recuerdos de un pasado convulso, donde romanos, monarquías y soviéticos se hicieron con el poder de la ciudad. Son precisamente los diversos legados de tales historias los que han configurado en Leipzig una pequeña Babel. Fue la cuna del renacimiento artístico-ilustrado alemán y hoy es la capital del renacimiento del fútbol en la ex República Democrática Alemana. El binomio es inequívoco: El Lokomotive y el RB son antagónicos, uno marcado por glorias y memorias bolcheviques mientras el otro se presenta como el futuro, la consecución de un capitalismo neoliberal en el balompié. Es en su simbolismo donde se teje un relato de blancos y negros, donde la división construye un paralelismo legendario.

Ambos viven realidades muy dispares, hecho innegable. Los toros se codean con la elite germana en Bundesliga y europea en Champions moldeando un prometedor proyecto. Este incluye nombres como el de un visionario como Nagelsmann de timonel dirigiendo onces integrados por los Werner, Nkunku, Upamecano, Sabitzer, Konaté, Klostermann, entre muchos otros prospectos. Mientras el otro lucha en los pastos de la Alemania profunda en la Regionalliga Nordost (cuarta división) añorando volver a las grandes ligas.
Si bien el Lokomotive vive horas bajas en la actualidad, en un antaño donde las Alemanias eran dos y las tensiones pan de cada día, los rayos peleaban con ahínco campeonatos en las ilustres Oberligas de la RDA. Tal fue su éxito que alcanzó tres subcampeonatos de liga, quedando por detrás del poderoso Dynamo Berlín que gobernó con mano de hierro tales torneos. Estos subcampeonatos le permitieron llegar a jugar a nivel continental en las Copa de ferias, Copas de la UEFA y Recopas de Europa consiguiendo llegar a la final de la Recopa de 1986-1987 contra el Ajax y a semifinales de la Copa de la UEFA de 1973-1974 donde cayeron ante el Tottenham.

Lokomotive Leipzig 1973/1974 - Getty Images
El mismo rival londinense fue el que derrotó el RB en la Champions de esta temporada, formando así una especie de deja vú para los hinchas que provienen de la ciudad sede de la Copa del mundo del 2006. Es en el mismo estadio mundialista de nombre Red Bull Arena (ex Zentralstadion) donde los toros se han afincado y logrado establecerse como uno de los equipos a seguir a pesar de sus ínfimos 11 años de vida.
Novel vida que contrasta con la grandeza histórica de sus rivales amarillos, los cuales retienen en su nombre 3 ligas alemanas ganadas en 1903,1906 y 1913, campeonando en uno de los últimos apogeos del fútbol del imperio austrohúngaro, ganándoles la primera final a sus grandes rivales del momento, el DFC Praga, que pertenecía a la capital de Republica Checa (militó en la primera división de la Checoslovaquia y fue múltiples veces disuelto por su origen judío en las previas de la segunda guerra mundial).
Por ello el paralelismo es inequívoco y especial, diferentes historias, diferentes edades, diferentes proyectos, diferentes realidades e incluso diferentes ideologías. Una de las ciudades más importantes del este de Alemania como objeto de estudio de las diferencias que se plasman en un mismo ecosistema.
Por esto y más es que Leipzig es historia, Leipzig es la capital de los cambios, una de las ciudades más golpeadas en la historia del fútbol por política o por su caos eterno, como aquella querida pelota de trapo que va y viene mostrando que el tiempo siempre es convulso, aunque sea lineal. El Leipzig del presente se ve reflejado en lo moderno, en lo inmediato que es un proyecto bien constituido como el RB. Pero tiene prohibido olvidar que el fútbol es más que el ahora, ya que en sus historias y relatos es donde se reside la magia y la novela. A no olvidar que el Lokomotive forjó la historia de la ciudad que el RB ha vuelto a poner en el mapa. A no olvidar que las ciudades son, en esencia, su conjunto y que los binomios no siempre han de ser perfectos.