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Demonizado


Exótico. Palabra idílica que describe en gran parte la visión extendida sobre los páramos de Medio Oriente. Quizás es mera discriminación, una exaltación de la ignorancia occidental o el miedo a lo desconocido lo que aúna a los prejuiciosos a denostar todo lo relativo a esos territorios. Entre esas cosas denostadas se encuentra el relativo que me lleva a escribir esta nota; El fútbol. Allí se levanta un milagro prístino de pasiones, rivalidades por credo, clase social e incluso casta. Es en ese balompié donde se vive en el limite de lo moral y lo humano. Con ello afloran sentimientos que abanderan a pueblos golpeados por la violencia y la desesperanza. En desiertos donde el fútbol se convierte en oasis.


Es cierto que la cantidad desorbitada de petrodólares desvirtúa en cierto grado el sentido de lealtad de los jugadores para con sus equipos, pero ello no les impide enamorarse e identificarse con estos de manera sobrecogedora como lo han hecho Bafetimbi Gomis por el Al-Hilal de Arabia Saudí, Carlos Villanueva con el Al-Ittihad del mismo reino o Pedro Galván, máximo goleador extranjero del fútbol israelí. Se han convertido en ídolos de masas y su imagen se ha transformado en iconografía habitual de las diferentes hinchadas. Precisamente en la idolatría es donde destaca aun más el fervor de los torcedores para con los suyos. Aquí se ensalza su figura a nivel de deidad si es que los aficionados ven una mezcla de compromiso y rendimiento en sus respectivos clubes.



A lo largo de todo el Magreb, el Golfo pérsico y hasta Eurasia no se tranzan ciertas cosas. Una de ellas es el extremismo, estandarte común y arraigado. Existe un nexo entre las distintas barras con los poderes políticos y religiosos muy fuerte, a tal nivel de que muchos de estos pertenecen a tales grupos. Por ello su opinión ha de ser el baluarte que llevan por todos los campos que visitan, los jugadores de estos clubes suelen seguir tal tendencia o ideología por ello mueren por sus equipos dedicando una veneración en forma de esfuerzo que sorprende y estremece.



Otro gran factor que le da un tinte inigualable a este fútbol son sus coloridos y desenfrenados derbis; ese tipo de partidos donde la delgada línea entre un deporte y la guerra se confunde entre humos de bengalas. Partidos como el Beitar Jerusalem contra el Bnei Sakhnin o el mismo Beitar frente al Hapoel Katamon Jerusalem en Israel, el Al-Ahly versus el Zamalek en Egipto, El Fenerbahçe-Galatasaray en Turquía o el impresionante Derbi de Teherán compuesto por el Persépolis y el Esteghal en Irán son solo algunos de esos pleitos que enfrentan a dos segmentos de la población profundamente devotos de sus colores y; claro, odio acérrimo a sus adversarios.



Si esto aun no te convence, te invito a leer y conocer sobre estos clubes, su historia, sus derbis, sus apodos y sus hinchadas. Es imposible que te deje indiferente. Que los petrodólares y lo estrafalario no te nuble ni te aburra. Descubre y disfruta, que este fútbol tiene ingredientes únicos y mucho que entregar.


Por: Felipe Almazán

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